Thierry Meyssan desde Libia: Los drones y los aviones piloteados de la OTAN lanzan bombas por todas partes. Los helicópteros ametrallan a la gente en las calles para abrir el camino a los yihadistas de Al-Qaeda
Para leer más sobre la agresión imperialista a Libia recomendamos leer algunos artículos publicados por en Red Voltaire y escritos por Thierry Meyssan.
Gadafi podría estar preparando una trampa a los llamados “rebeldes”
Nota: es el reportero de RT quien dice que Frank fue herido por un francotirador de Gadaffi, sin embargo en otros articulos se dice que los francotiradores estan al servicio de la OTAN. Frank nunca dice que lo hirió un francotirador de Gadaffi, cómo podría saberlo??
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Franklin Lamb desde Libia: Los pobladores de Tripolí se preparan para el asalto de la OTAN. "Nuestra defensa será una batalla casa por casa. Desde cada piso y agujero en el suelo lucharemos contra los rebeldes de la OTAN. También lucharemos desde las alcantarillas y desde cada sótano. Si la OTAN entra por una puerta delantera combatiremos contra ellos por cada pieza de la casa y desde las pilas de escombros creadas por sus bombardeos."
Thierry Meyssan desde Libia: "Si bien la población libia carece seguramente del mismo nivel de entrenamiento que los soldados de la OTAN, el hecho es que cuenta con una evidente superioridad numérica y está además dispuesta a soportar grandes pérdidas, mientras que los soldados de la OTAN no están dispuestos a dar la vida por la toma de Trípoli."
Más de 300 muertos y 1000 heridos en Libia, afirma gobierno Libio
Denuncian presencia de francotiradores en Trípoli organizados por la OTAN para provocar pánico
Fracaso de la OTAN en Libia. La OTAN de espaldas a su misión imperialista
Thierry Meyssan - Red Voltaire
a diferencia entre una victoria y una derrota militar se define según los objetivos previamente definidos por el propio beligerante. En el caso de la intervención militar de la OTAN en Libia, existía un mandato de la ONU –garantizar la protección de la población civil– así como un objetivo, también oficial aunque ajeno al mencionado mandato: cambiar el régimen político del país.
Al cabo de casi 150 días de guerra, la OTAN no ha logrado desequilibrar las instituciones libias. Si se tiene en cuenta la enorme diferencia que existe entre las fuerzas de ambos bandos, no queda otro remedio que admitir el fracaso militar y plantear ciertas interrogantes sobre la estrategia aplicada.
La OTAN partió de un análisis erróneo según el cual las tribus del este y del sur de Libia, hostiles a Muammar el-Kadhafi, no tendrían mayores dificultades para tomar Trípoli si disponían de apoyo aéreo. Sin embargo, esas mismas tribus interpretaron los bombardeos como una agresión extranjera y se pusieron del lado del «Hermano Guía » para rechazar «la invasión de los cruzados».
A partir de entonces, la OTAN sólo ha podido contar con dos fuerzas terrestres: los 3 000 soldados que seguían al general desertor Abdel Fatah Yunes y los cientos, quizás miles, de combatientes árabes provenientes de las redes del príncipe saudita Bandar Ben Sultan, también conocidos como la «nebulosa Al-Qaeda».
A raíz del asesinato del general Yunes, ultimado en condiciones particularmente atroces por los yihadistas de Al-Qaeda, se ha producido un derrumbe de las fuerzas rebeldes ya que los soldados de Yunes decidieron unirse al coronel Kadhafi para combatir contra Al-Qaeda y vengar la muerte del general. El mando operativo recayó en Khalifa Haftar, o sea bajo las órdenes de las fuerzas especiales de la CIA. Ante la urgencia, la agencia no ha vacilado en recurrir al reclutamiento de cualquier tipo de personas, incluyendo el uso de niños-soldados.
Este ejército improvisado, cuyos efectivos fluctúan constantemente, anuncia una victoria cada dos días, cuando en realidad no hace más que acumular derrotas. En cada batalla se reproduce el mismo guión: Los bombardeos de la OTAN obligan a la población a abandonar sus casas. Las fuerzas rebeldes se lanzan entonces sobre la localidad en cuestión y anuncian que han ganado terreno. Pero es en entonces que comienza la batalla. El ejército libio entra en la ciudad, acaba con los rebeldes y la población regresa a la localidad parcialmente destruida.
La OTAN pudiera dar a la resolución 1973 una interpretación aún más amplia y considerar, aunque ese texto prohíbe explícitamente el despliegue de fuerzas terrestres, que es legítimo proceder a dicho despliegue si su objetivo es «proteger a los civiles». Pero tendría que enfrentarse entonces a un pueblo armado hasta los dientes y dispuesto a luchar. Y es que la Jamahiria ha entregado un fusil automático Kalashnikov a cada adulto y ha establecido un sistema popular de distribución de municiones. Si bien la población libia carece seguramente del mismo nivel de entrenamiento que los soldados de la OTAN, el hecho es que cuenta con una evidente superioridad numérica y está además dispuesta a soportar grandes pérdidas, mientras que los soldados de la OTAN no están dispuestos a dar la vida por la toma de Trípoli.
Desde el comienzo mismo del conflicto, los estrategas del Pentágono estimaron que nada de lo anterior era relevante en la medida en que son ellos quienes disponen de lo que creían el elemento más importante: la supremacía aérea.
Esa doctrina, indiscutida en Estados Unidos, ha ido extendiéndose por las academias militares de los Estados miembros de la OTAN, donde era anteriormente objeto de severas críticas. Tiene su origen en las enseñanzas que el general Giulio Douhet sacó de la guerra italo-otomana, o sea la guerra de Libia de 1911. En aquel entonces, los italianos realizaron el primer bombardeo aéreo de la historia, en Trípoli. Aterrado ante la nueva arma, el Imperio Otomano cedió sin combatir. Las tropas italianas entraron en Trípoli sin disparar un solo tiro y Douhet llegó a la conclusión de que era posible ganar una guerra sólo con la aviación. Conclusión falsa ya que confunde el hecho de haberle quitado a los otomanos la posesión de Libia con la posibilidad de controlar el país. Los verdaderos combates vinieron después, cuando se produjo la insurrección popular libia.
Algunos no están lejos de creer en la existencia de una maldición libia. En todo caso, es precisamente en tierra libia que se está reproduciendo el mismo error conceptual exactamente un siglo más tarde. El predominio aéreo ha permitido arrancarle a la Jamahiria la representación legal del país y ponerla en manos del Consejo Nacional de Transición, lo cual carece de importancia en el terreno. Para lograr controlar el país, la OTAN tendría que recurrir a sus propias fuerzas terrestres y, al igual que hicieron los italianos en los años 1912-1914, tendría que exterminar a más de la mitad de la población de Trípoli, lo cual está bastante lejos de coincidir con el contenido de la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU.
La OTAN había planeado hasta ahora su campaña de bombardeos en función de la doctrina de Douhet y de las mejoras que se habían incorporado a esta, como la teoría de los 5 círculos de John A. Warden III, que ya se había aplicado en Irak. Dicha teoría estipula que el objetivo de la selección de los blancos no debe ser la destrucción de las fuerzas armadas enemigas sino paralizar sus centros de mando, sobre todo mediante la eliminación de los medios de transmisión y de circulación.
La OTAN descubre entonces que la Jamahiria libia no es un lema propagandístico sino una realidad. Los Congresos populares gobiernan el país y Muammar el-Kadhafi redujo la mayoría de las administraciones a su más simple expresión. No hay aquí grandes y poderosos ministerios, sólo pequeñas oficinas. Los ministros no son personalidades de primer plano sino más bien jefes de equipos. El poder está en manos de los consejeros que rodean a los ministros y que son seleccionados únicamente según sus capacidades. El poder se encuentra así diluido y parece imposible saber quién lo ejerce. Lo que fue un verdadero rompecabezas para los hombres de negocios que venían a Libia y que trataban de hallar a los interlocutores adecuados se convierte ahora en un enigma para los estrategas de la OTAN: ¿A quién hay que matar? En 5 meses de bombardeos no han podido hallar la respuesta.
La única cabeza que sobresale es la de Muammar el-Kadhafi. La alianza atlántica está obsesionada con él. ¿No es el padre de la Nación? Eliminarlo sería destruir el principio de autoridad en la sociedad libia. Esta se vería instantáneamente «iraquizada» y caería en el caos. Sin embargo, contrariamente al precedente iraquí, la estructuración tribal y la organización horizontal del poder se mantendrían. Viéndose incluso desgarrada por los conflictos internos, la población libia seguiría siendo una entidad orgánica ante la invasión extranjera. No se resolvería ningún problema militar y, para colmo, la nueva situación acabaría con toda forma de delimitación del teatro de operaciones. La guerra se extendería inevitablemente tanto por el norte de África como en el sur de Europa. Matar a Kadhafi sería, en definitiva, la peor de las opciones.
Al no contar con una estrategia conveniente ante esta situación, la alianza atlántica recurre a los viejos reflejos de la cultura militar estadounidense, aplicados en las guerras de Corea y de Vietnam: hacer la vida imposible para la población para que esta abandone a su «Guía» y lo derroque. Para ello, la OTAN reforzó el bloqueo naval desde el comienzo del Ramadán para así cortar el suministro de gasolina y de alimentos, está bombardeando las centrales eléctricas y las instalaciones de distribución de agua, está destruyendo las cooperativas agrícolas, los pequeños puertos pesqueros y los mercados populares.
En otras palabras, la OTAN está haciendo exactamente lo contrario al mandato que le otorgaron el Consejo de Seguridad de la ONU y los diferentes parlamentos de los Estados miembros: en vez de proteger a la población ante la amenaza de un tirano, la OTAN está aterrorizando a los civiles para que se rebelen contra el líder que respaldan.
Esa estrategia podría durar hasta el fin del Ramadán. La OTAN tendrá entonces otras 3 semanas para tratar de lograr una victoria significativa antes de que suene la campana: el 19 de septiembre, día en que la Asamblea General de la ONU debe reunirse en Nueva York. La Asamblea General pudiera entonces pedir explicaciones sobre la operación en marcha y, ante la demostrada incapacidad del Consejo de Seguridad para restablecer la paz, pudiera decidir imponer sus propias recomendaciones.
En previsión de la reanudación de los combates terrestres que puede producirse a principios de septiembre, la OTAN está armando a los sublevados de Misurata y está tratando de limpiarles la carretera que tendrán que utilizar para tomar Zlitan. Al negarse Francia a entregarles armas una vez más, Qatar ha enviado un avión para realizar las entregas, a pesar del embargo decretado por la ONU. Durante la noche del 8 al 9 de agosto de 2011, la OTAN limpió la colina de Majer, elevación que pudiera servir de posición avanzada para la defensa de Zlitan. La OTAN bombardeó granjas y tiendas de campaña que albergaban a unas 20 familias de personas desplazadas por la guerra, dejando un saldo de 85 muertos entre los que se cuentan 33 niños.
Habitantes de Libia preparan la defensa de la ciudad
Franklin Lamb - CounterPunch
A decir verdad, algunos observadores extranjeros, y ciertamente yo, después de haber estado en Trípoli las últimas casi ocho semanas, no hemos tomado muy en serio ocasionales pronósticos de los medios de que Trípoli podría ser invadida pronto por “rebeldes de la OTAN” - aunque no por fuerzas de los países de la OTAN que vengan a combatir en tierra.
Los motivos incluyen observaciones de que la población libia expresa cada vez más ira por la muerte de miembros de sus familias y tribus por incursiones de la OTAN que afirma que “protege a civiles”.
Muchos dicen aquí que decenas de miles están listos para rechazar a invasores que traten de entrar en Trípoli. El apoyo al coronel Gadafi parece reflejarse incluso en sondeos occidentales como aquel al que se refirió recientemente el Guardian británico diciendo que la popularidad del líder libio puede haberse duplicado durante el actual conflicto. El sondeo Rasmussen de esta mañana afirma que el apoyo a la participación de OTAN/EE.UU. ha caído a solo un 20% en el público estadounidense debido, entre otras razones, a la matanza de civiles por la OTAN. Es incluso más bajo en varios otros países de la OTAN.
Hasta hace poco tiempo la vida parecía bastante normal en Trípoli si no fuera por la escasez de gasolina para vehículos, ciertos alimentos de lujo y también algunos suministros como leche para bebés, ciertas medicinas y la falta de un servicio telefónico fiable. Los montones de basura doméstica que comenzaron a acumularse en algunas esquinas de las calles de Trípoli a principios de marzo, cuando hasta 400.000 trabajadores extranjeros huyeron hacia el oeste a Túnez y hacia el este a Egipto, comenzaron a ser eliminados hace un par de semanas, cuando el ayuntamiento reorganizó su fuerza laboral, reducida de forma radical e instantánea.
Con la excepción del reciente aumento de los vuelos de bombardeo de la OTAN, Trípoli ha sido un sitio bastante agradable.
El 17 de agosto de 2011 las cosas cambiaron bruscamente y nadie sabe con seguridad en qué dirección irá ahora la vida de todos los días. Desde antes de mediodía, gran parte de Trípoli, si no todo, se quedó sin electricidad. En mi hotel, uno de los dos únicos que estos días tiene internet, aunque sea esporádico, los servicios se detuvieron repentinamente para todo el personal y los clientes (a pesar de que algunas zonas de Trípoli sufren regularmente repentinos apagones como los del sur de Beirut, en el Líbano, que pueden durar horas o días). Algunos clientes quedaron bloqueados en el ascensor y entre algunos cundió el pánico. Nuestras habitaciones, que tienen ventanas que no se abren, comenzaron a calentarse rápidamente, las baterías de los laptop comenzaron a agotarse, Internet desapareció, y yo, como otros, me vi enfrentado a la perspectiva de bajar y subir a pie dieciocho pisos para cumplir con citas en el área de recepción. Dos de mis amigos libios, que trabajan en uno de los restaurantes del hotel, llamaron a mi habitación para preguntar si quería que subieran un poco de almuerzo. Profundamente conmovido por su consideración, que parece ser típica de los libios, les recordé que estaba en ayunas por Ramadán y que en todo caso ni pensaría en aceptar su amable oferta. Poco después partió el generador de emergencia del hotel y el ascensor comenzó a funcionar, pero sin electricidad en ningún otro sitio dentro del hotel.
En la cercana Plaza Verde, multitudes comenzaron a reunirse a las 2 de la carde y a manifestar contra “los rebeldes de la OTAN” y me contaron que miles de ciudadanos libios estaban listos a desplazarse a los bordes de la ciudad, ocupar puntos de control, y apoyar a unidades del ejército para rechazar cualquier avance desde Al Zawieh al oeste, Gheryan y varias aldeas desde el sur o Brega y aldeas más cercanas desde el este.
Los precios en la “Medina” local (mercado callejero que cubre varias manzanas, en el que se vende una amplia variedad de bienes y vegetales) adyacente a mi hotel han vuelto a subir según dos hermanas que se han hecho amigas mías, quienes compran cada mañana con su madre para preparar la cocina para la comida diaria “Iftar” que rompe la ayuna de Ramadán a la hora del crepúsculo. Durante los últimos seis meses, los precios de alimentos básicos se han estabilizado en general gracias a advertencias del gobierno a comerciantes de que ni sueñen con especular con los precios.
Hay gente que se va de Trípoli pero cuesta calcular cuánta. La mayor parte de las personas a las que he preguntado dicen que se quedarán y que no piensan que los “rebeldes de la OTAN” puedan entrar a esta ciudad bien armada y aparentemente bien organizada que sigue teniendo cerca de 1,5 millones de habitantes.
Una retardada delegación de investigación de la ONU, dirigida por una espectacular mujer palestina de Nazaret en Palestina ocupada, llamada “Juliette”, finalmente llegó por avión después que la ONU exigió que la OTAN permitiera que su avión aterrizara en el aeropuerto de Trípoli. El grupo de la ONU, que vive en nuestro hotel, había estado bloqueado en la carretera principal entre Trípoli y Túnez. Desde la mañana del 18 de agosto, la gente está bloqueada en Trípoli y no puede partir a Túnez, y nadie puede entrar desde ese país.
Estudiantes libios en la Universidad Al Fatah de Trípoli e incluso algunos funcionarios del gobierno me han dicho que han jurado atrincherarse y librar una “defensa de Stalingrado” de Trípoli contra el avance de los “rebeldes de la OTAN”. Por cierto, los vecindarios están fuertemente armados.
Algunos, y me incluyo, no son suficientemente duros como para recordar a esos queridos estudiantes que en Stalingrado, los ciudadanos rusos los ciudadanos rusos resistieron a la espera de la llegada del Ejército Rojo que, por cierto, finalmente salvó a muchos de ellos. No se siente que haya un Ejército Rojo en camino para levantar la amenaza de un sitio de Trípoli. Pero tal vez los defensores de Trípoli no necesitan de un Ejército Rojo para romper un asedio de Trípoli.
Esta semana un estudiante libio de derecho que durante semanas ha estado ayudando a guarnecer un punto de control de un comité de defensa barrial cerca de la Ruta del Aeropuerto, me dejó la siguiente nota:
“Franklin, me preguntaste cómo vamos a defender nuestra capital, Trípoli, si la OTAN abre con bombas un camino para que puedan llegar las fuerzas rebeldes y tratan de entrar en nuestros vecindarios. Lo discutimos frecuentemente entre nosotros durante la noche. Ante tu pregunta decimos lo siguiente:
“No es información confidencial que nuestra defensa tendrá lugar desde todos los edificios en cada calle principal, plaza o rotonda. Podemos conservar, y lo haremos, mientras sea posible cada metro que traten de conquistar las fuerzas de la OTAN. Cada edificio de apartamentos, fábrica, almacén, esquina, intersección, casa o edificio de oficinas espera y está provisto de armas de diferentes tipos, lanzacohetes y morteros. Francotiradores y pequeñas unidades de 5-6 hombres especialmente entrenadas están dispuestos. Nuestra defensa será una batalla casa por casa. Desde cada piso y agujero en el suelo lucharemos contra los rebeldes de la OTAN. También lucharemos desde las alcantarillas y desde cada sótano. Si la OTAN entra por una puerta delantera combatiremos contra ellos por cada pieza de la casa y desde las pilas de escombros creadas por sus bombardeos.
“Querido amigo Lamb. Los libios son un pueblo bueno y orgulloso. Los dos hemos hablado sobre Omar Muktar y nuestra derrota de los italianos que nos costó más de un tercio de nuestros parientes, caídos en la batalla. ¿Sabes, amigo mío, cuál fue el único país árabe o musulmán que durante los siglos de colonización del Imperio Otomano se rebeló contra ellos? Fue Libia. Solo Libia. Encabezada por sus tribus. Luchamos contra los turcos y libramos 20 años de guerra contra ellos. ¿Creen la OTAN y Obama que pueden derrotarnos?
Tu amigo, Mohammad.”
Trípoli está bien protegida y tenemos miles y miles de soldados profesionales que están dispuestos a defender la ciudad contra cualquier posible invasión de los rebeldes bajo la cobertura de la OTAN. Y otra vez insisten en que no son nada sin la OTAN.
No son luchadores por la libertad por el camino. Ellos no son populares, son muy débiles. Pero cuando la OTAN viene y bombardea todo y ataca todo entonces, incluso los cobardes puede marchar hacia adelante, hasta los cobardes pueden marchar hacia adelante ". Moussa Ibrahim, portavoz del Gobierno de Libia
Mapa de Trípoli
Mientras, en el barrio de Bab al-Aziziya de la capital libia, donde se encuentra la residencia de Gadafi, se están librando cruentos combates. Los rebeldes reportan numerosas bajas entre sus filas. Las fuerzas gubernamentales, que están defendiendo la residencia, emplean blindados pesados.
Según trascendió en la madrugada de hoy, los rebeldes consiguieron apoderarse de casi toda la ciudad de Trípoli, capital del país. Los insurgentes declararon que los gadafistas se rinden masivamente y deponen las armas. (RIA Novosti)
Más información
Cobertura minuto a minuto por Al Jazeera desde Libia. Cabe aclarar que la televisora Al Jazeera, según distintos reportes periódisticos, es una aliada clave de la OTAN contra Kadhafi, y lo que sucede en Libia, más haya de Kadhafi, es una agresión imperialista.
Para leer más sobre la agresión imperialista a Libia recomendamos leer otros artículos publicados por en Red Voltaire.
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