Siglos de lucha son los que este pueblo lleva derramando sangre, a pesar del sacrificio y de la muerte de millones de seres humanos a lo largo de la historia de este país, que existe desde que el águila postrada sobre un nopal devorara a la serpiente, la única libertad que tenemos es la libertad de morirnos de hambre y de obedecer pasivamente las leyes no escritas de una sociedad injusta y desigual que nos condena a una miseria material y espiritual.
Generación tras generación se han alzado para romper las cadenas que nos oprimen, desde la conquista hasta la lucha por la independencia, desde la reforma hasta la revolución, sin embargo, en ningún caso se alcanzado la plena libertad para todos pues siempre a sido una clase o grupo de personas quienes han gozado de todos los privilegios.
Todos los esfuerzos por construir un mundo libre de opresión no han sido en vano sino que han dotado a la nueva generación de luchadores de las experiencias y conocimientos necesarios para enfrentar un sistema que ha perfeccionado las formas de dominación y explotación.
Esta nueva generación de la que hablamos se ha forjado en la lucha desde la revolución en las fracciones zapatistas, villistas y magonistas, se ha forjado en las luchas obreras y campesinas del México del siglo XX, en las luchas estudiantiles desde el 68 hasta la huelga de la UNAM en el 99-2000, se ha forjado en las luchas guerrilleras desde Rubén Jaramillo y Arturo Gámiz hasta el EZLN y el ERPI, se ha forjado en los mas de 500 años de resistencia indígena desde la conquista hasta las autonomías indígenas del siglo XXI, esta generación es la que marcara el camino para terminar definitivamente con todas los formas de explotación, represión, desprecio y despojo.
Es a la luz de todas estas historias (pero al mismo tiempo a la obscuridad), que la lucha de los pueblos dignos se ahoga en la muerte de los muros carcelarios, esas mazmorras de los poderosos que han sido creadas para aniquilar el espíritu de los hombres y mujeres dignos y convertirlos en seres decadentes que, ante la vida en la cárcel y las dosis de tortura a las que son cometidos, sobre todo a quienes se encuentran ahí por levantar la voz, la mano o el machete, con sacrificio desmesurado pueden encontrar un hálito esperanzador para su libertad.
Ante las últimas agresiones al pueblo trabajador y asesinatos de luchadores sociales, ante las sentencias de exterminio a nuestros compañeros presos políticos; justificamos todas las formas de organización y de lucha que adopte el pueblo de México, justificamos y creemos que es necesaria la autodefensa del pueblo conforme a sus requerimientos y condiciones concretas. Y con esto queremos decir que ninguno de nosotros esta a salvo, ni los luchadores sociales, ni la sociedad civil por ello hoy mas que nunca es necesaria la unidad y la organización revolucionaria. Hoy más que nunca es necesario tomar una postura revolucionaria y continuar con la construcción de la organización que el pueblo necesita para su definitiva emancipación.
!SOLO CON ORGANIZACION Y AUTODEFENSA OTRO MUNDO ES POSIBLE¡
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