Escrito por Gilberto López y Rivas
En la permanente lucha por los territorios y sus recursos entre los
pueblos y las corporaciones que buscan la ganancia privada, no hay quien
pueda ser neutral. Así, el conflicto del pueblo de Tetelpa, en
Zacatepec, Morelos, contra el proyecto de Casas Geo, que pretende
construir 7 mil casas-gallinero en una superficie de 101 mil 169 metros
cuadrados ocupando las faldas del cerro de la Tortuga, se inicia cuando
algunos habitantes de esta comunidad, actuando en beneficio propio y
violentando los requisitos legales que norman el traspaso de tierras
ejidales a particulares, como es la aprobación expresa contenida en un
orden del día de la asamblea de ejidatarios, venden terrenos
comunitarios a diferentes personas y empresas, para que finalmente el 23
de junio del 2011 Casas Geo adquiera la superficie referida.
Una vez consumada esta privación ilegal de tierras ejidales, las
autoridades del municipio de Zacatepec, encabezadas por el priísta José
Carmen Cabrera, se constituyen en amanuenses-representantes de la
empresa para promover en Tetelpa la aceptación del proyecto, aduciendo
que no existen irregularidades en la adquisición de los terrenos y
afirmando falsamente que la Comisión Estatal del Medio Ambiente (Ceama)
ya había otorgado un dictamen de aprobación sobre el impacto ambiental.
Lejos de ello, esta dependencia había ya recibido desde 2009 la
solicitud de Tetelpa para que el cerro de la Tortuga sea considerado
área natural protegida, realizando el estudio justificativo el
investigador Fortunato Solares Arenas, quien entregó sus resultados a
mediados de 2010, por lo que se espera se publique el decreto en el
periódico oficial Tierra y Libertad.
Ante el anuncio de la construcción de las casas en junio, tienen lugar
las primeras reuniones de la comunidad de Tetelpa, que rechaza el
proyecto en razón de su historia de resistencia y por su condición de
pueblo originario, que se ha distinguido por defender durante siglos sus
tierras, sus centros ceremoniales, su cerro de la Tortuga, su pirámide
en la cima, su identidad, costumbres, cultura, agua, aire limpio, las
especies animales y la gran variedad de plantas medicinales de su
entorno natural, todo lo cual será afectado gravemente.
Los pobladores hacen recuento de los constantes despojos por grupos
empresariales que, coludidos con autoridades locales y estatales,
pretenden ahora imponerles por la fuerza un proyecto que dejaría sin
agua no sólo a su comunidad, sino a otras aledañas como Xoxocotla,
Zacatepec, Chiverías, Galeana, Benito Juárez y colonias unidas, donde
actualmente el líquido vital llega por tandeo cuatro horas máximo,
durante tres días a la semana. Se trata de un escenario ya existente de
carencia de agua, al que se pretende sumar el desarrollo
jaulístico-inmobiliario referido, con requerimientos insustentables.
Pero además, los fraccionamientos afectarían por medio de sus desagües
al río Apatlaco, ya de por sí contaminado, perjudicando a las
comunidades que lo utilizan para uso agrícola y doméstico.
Tetelpa reclama el respeto a su autonomía como pueblo originario en
razón de la Constitución Política, el Convenio 169 de la OIT, la Ley
Agraria, y de acuerdo a la nueva Ley de Protección, Fomento, Cultura y
Organización de los Pueblos y Comunidades Indígenas del Estado de
Morelos, emitida por el Congreso local en fecha reciente, que en su
artículo 32 asienta: “Los pueblos y las comunidades indígenas tienen el
derecho a decidir las prioridades en lo que atañe al proceso de
desarrollo, en la medida en que éste afecte sus vidas, creencias,
instituciones y bienestar espiritual y a las tierras que ocupan y
utilizan, así como a decidir su desarrollo económico, social y cultural
en el contexto del plan estatal y municipal de desarrollo”.
Ante la movilización comunitaria, la reacción de Casas Geo y sus
cómplices en los gobiernos ha sido el uso sistemático de las amenazas
telefónicas y de otro tipo, la represión judicial contra los dirigentes
de la comunidad, e incluso contra el mencionado biólogo Fortunato
Solares Arenas, investigador del Instituto de Investigaciones
Forestales, Agrícolas y Pecuarias, así como la utilización de individuos
que actúan como grupos de choque, como el “Nuevo Grupo Sindical”,
dirigido por un líder charro de extracción priísta, ahora militante del
PAN. Asimismo, en diciembre se publicaron inserciones pagadas en varios
periódicos morelenses, firmadas por asociaciones fantasmas como “vecinos
de la región” y “trabajadores de los pueblos vecinos”, que delataron
por su redacción, contenido y costo un claro origen corporativo. Los
desplegados pretendían desvirtuar los resultados del Foro en Defensa del
Cerro de la Tortuga, realizado en diciembre pasado, y difamar a los
dirigentes comunitarios, a quienes paralelamente se les inician
averiguaciones previas por supuestos delitos, en una clara acción
judicial que criminaliza el derecho a la movilización política.
El cerro de la Tortuga forma parte de una relevante región con selva
baja caducifolia que genera una gran biodiversidad, cuenta con más de
100 diferentes especies de árboles, muchos de ellos con propiedades
medicinales, comestibles y de otros usos, nicho de diversas especies
faunísticas y uno de los pulmones de la zona centro-sur de Morelos.
Constituye a su vez un espacio sagrado, con vestigios arqueológicos
reconocidos por el INAH y donde se realizan actos ceremoniales anuales.
Por todo ello, el rechazo al proyecto de Casas Geo ha recibido el apoyo
de la sociedad civil morelense, de grupos ecologistas y, naturalmente,
de los pueblos originarios del estado. Demandamos la suspensión
definitiva de la obra, el respeto irrestricto a la voluntad de los
ejidatarios de Tetelpa y al dictamen ambiental ya elaborado, así como la
no ejecución de las órdenes de aprehensión.
LaJornada
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