Algunos esperaban más. Las manifestaciones en Rabat, Casablanca y Marrakech no han sido tan masivas como se esperaban.
Sin embargo, la extensión del movimiento ha sido masiva. Llegan noticias de manifestaciones en todos los rincones de Marruecos: manifestaciones masivas en Jerada y Bouarfa, también en Oujda, en la región oriental. Alhucemas, Tánger, Tetuan, Larache, Chaouen, Ksar en el norte. Guercif, Sefrou, Fez, Outat El Haj, Azrou, Khenifra, Missour, siguiendo el centro y el Atlas hasta Marrakech; al sur Tata, Agadir, Inzeggan…y subiendo por la costa oeste, Essaouira, El Jadida, Casablanca, Rabat, Kenitra… Miles de personas en la calle exigiendo cambios en Marruecos.
Dentro de la diversidad de situaciones y de realidades de la plural sociedad marroquí, un proceso de cambios se ha puesto en marcha: dimisión del actual gobierno, disolución del parlamento y cambios constitucionales, estas son las reivindicaciones políticas comunes. Pero por debajo de estas reivindicaciones políticas, está el ansia de libertad de un pueblo, de acabar con la corrupción y con la sumisión, con la condición de súbditos del sultán.
Están las reivindicaciones sociales contra el robo de las tierras colectivas, contra la violación continua de los derechos sindicales de los trabajadores, contra la explotación feudal de los/as obreros/as agrícolas, contra el sufrimiento del paro que afecta a cientos de miles de jóvenes, muchos de ellos jóvenes diplomados y con formación, contra la marginación y exclusión de grandes zonas del país, contra la negación de la identidad amazigh sin la que Marruecos no sería Marruecos, contra las mafias del poder y de los políticos, contra la ausencia de una sanidad pública y tantas y tantas desigualdades e injusticias que sufre el pueblo marroquí.
El proceso está abierto
En la mayoría de los sitios se ha quedado en continuar el movimiento. En algunos lugares, tienen nuevas citas el miércoles (Agadir), el sábado (Alhucemas)…
En Rabat, cientos de personas han intentado mantener la concentración frente al Parlamento durante la noche pero han sido desalojados por la policía tras negociaciones con el gobernador.
En lugares con tradición más combativa y donde más rabia se encierra entre la población, especialmente entre los jóvenes, se han producido fuertes enfrentamientos.
En Alhucemas, tras terminar la manifestación de unas 20.000 personas, más de la mitad provenientes de los pueblos de la zona (Boukidan, Ait Bouayach, Imzouren, Tamassint…), se han producido fuertes enfrentamientos, prendiendo fuego y destrozando la delegación del ministerio del interior, el ayuntamiento, una comisaría, un nuevo hotel de lujo, los sedes de los partidos Istiqal (del primer ministro) y del PAM (alcalde de Alhucemas), algunos bancos y algún coche de policía. Las fuerzas represivas han utilizado balas de caucho y gases lacrim´ñogenos. Hay numerosos heridos y un número indeterminado de detenidos.
En Sefrou, la policía ha intervenido brutalmente (en un video podemos ver una paliza en la calle de la policía a un detenido), hiriendo de gravedad en la cabeza a Ezedinne Manjli, secretario local de Vía Democrática
También en Tánger se han producido fuertes enfrentamientos y se ha atacado bancos y zonas turísticas, empresas multinacionales francesas y española (los autobuses y la recogida de basuras son de empresas españolas). Lo mismo en Larache. En Chaouen, al dirigirse los manifestaciones a una casa propiedad del ministro de la modernización de los servicios públicos la policía ha intervenido agrediendo a los manifestantes. También en Asilah se intentó quemar la casa del ex ministro y cacique de la zona Benaisssa.
En Marrakech, se atacó el MacDonald de la Avenida Mohamed V, así como bancos y comercios de marcas extranjeras.
Las maniobras del Makzen
Aparte de intentar crear la mayor confusión posible en las redes de internet, incluso hoy paralizar el internet en la zona de Alhucemas, el ministro del interior se reunió el día anterior a la convocatoria con la Asociación Marroquí de Derechos Humanos y por el Foro por la Justicia y la verdad, tratando de convertirles en intermediarios con el movimiento 20F y dar apariencia de normalidad democrática
Pero en lugares donde la situación de la poblaciones explosiva, como en Sefrou o en el Rif, la represión ha provocado numerosos heridos y se han producido graves enfrentamientos.
Todo abierto
El 20 de febrero ha sido un primer paso para ir dando una respuesta coordinada y general a la situación de falta de libertades y de derechos sociales en Marruecos. En los últimos años, se han venido produciendo continuos levantamientos pero locales y aislados. El 20 F ha conseguido generalizar una respuesta y crear una dinámica propia que exige cambios en el país.
La muestra de la fuerza de los pueblos egipcios y tunecino no es una mancha de aceite que se extiende, sin más por la zona. Cada país tiene sus características y sus realidades. En cada lugar, la lucha del pueblo ha dado, hasta hoy, distintos resultados: un gobierno provisional en Túnez que, poco a poco, va frenando los cambios, que ya sin embargo han sido amplios; en Egipto, un golpe militar pactado que tiene ahora las luchas obreras como su principal escollo; una represión sangrienta en Libia al borde de guerra civil; un gobierno argelino dando concesiones para parar el desafío de la oposición.
Y el pueblo marroquí que seguirá su propio camino y proceso, pero que ha visto el ejemplo a seguir para abrir cambios y esperanzas: la voluntad de los pueblos de acabar con las dictaduras.
Ojalá los pueblos europeos aprendan de sus vecinos del sur.
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